El fenómeno Javier Milei

Javier Milei comenzará sus funciones como Presidente de la Argentina el 10 de diciembre de 2023, después de haber logrado una histórica victoria electoral frente a Sergio Massa y al Leviatán en metástasis socialdemócrata kirchnerista. Una interpretación rigurosa de este acontecimiento nos obliga a no perdernos en regionalismos, si bien tampoco puede afirmarse que el fenómeno Milei tenga un alcance universal: en las elecciones argentinas hemos visto el triunfo del orden unipolar monroísta estadounidense frente a los proyectos de consolidación del BRICS-11 como contrapeso multipolar. Milei es un pez nadando en contra de la corriente histórica, como opositor a todos aquellos que aspiran a nadar fuera de la influencia de la anglósfera.

Por parte de los sectores progresistas, Milei ha sido descrito como el candidato de la extrema-derecha, sea lo que sea que eso signifique; por el contrario, el mundo liberal-conservador ha hecho de este personaje una especie de pseudorreacción en contra de la Agenda 2030 y el globalismo. Tenga cualquiera de estas posturas algo de cierto, más allá de los simplismos políticos y las superficialidades propagandísticas, de lo que podemos estar seguros es que Javier Milei es una quimera: un globalista liberal, un glorificador y apologista obsceno de la usura.

El liberalismo radical de Milei

Sabemos que este personaje sostiene una postura abiertamente en contra del aborto, de la ideología de género, así como de la degradación de la mujer bajo la bandera del feminismo, todo ello al mismo tiempo que promueve la legalización y la bursatilización de la venta de órganos. También pregona un apoyo incondicional al Estado de Israel (al punto de sentir mayor identificación con la bandera del hexagrama sionista que con la bandera argentina), aún en contradicción con mayores exponentes del libertarianismo [1]. Tal es la posición al mismo tiempo contradictoria y libertaria de Javier Milei, como adherente de la Escuela Austriaca de Economía y del pensamiento de Venegas Lynch, que tanto se han usado por reforzar la hegemonía global yanqui mediante la bandera del anarcocapitalismo y el libre mercado, en contra de eso a lo que se llama marxismo cultural, insistiendo en que «la justicia social es un robo» (Javier Milei, 24/08/2023) [2]. De lo que podemos estar seguros es que Milei servirá como pretexto perfecto para la consolidación de las izquierdas progresistas en toda Hispanoamérica [3].

Para gobernar, lo esencial es el sentido común, la lógica y el uso de razón. Las decisiones positivas requieren de la coherencia. De todas estas contradicciones es imposible deducir una consistencia teórica que nos sirva para predecir un buen augurio para las decisiones de gobierno de Milei. Lo que puede esperarse de su presidencia es la incertidumbre, visto también como un salto al vacío. Recordemos que la transformación del payaso y del candidato estrambótico al gobernante no se da como por arte de magia. Evidencia de lo anterior puede encontrarse en las dificultades que se le han presentado a Milei para conformar su gabinete de gobierno.

En todo caso, con frases pronunciadas por el presidente electo como que «que todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado», Milei emula al anterior presidente Carlos Menem (1989-1999). Con ello, es factible suponer que en su gobierno se configurará una especie de cipayismo neomenemista para los próximos cuatro años [4], lo cual producirá una aún mayor pérdida de la soberanía nacional argentina, así como una cada vez mayor dependencia exterior. ¿Le espera a Argentina un futuro prometedor en materia económica? No parece ser el caso, considerando la ruptura con socios comerciales más importantes como China y Brasil, o la necesidad de gobernar con deuda, bajo la estricta vigilancia del Fondo Monetario Internacional, que concentra una deuda de $44 billones de dólares frente a Argentina.

La fórmula presidencial Milei-Villarruel está lejos de tener gobernabilidad sobre la Argentina. Milei se enfrenta a obstáculos que difícilmente permitirán la aplicación de sus promesas de campaña: una inflación del 153%, el 40% de la población argentina sumida en la pobreza, el control del Grupo Libertario de solamente 38 escaños sobre 257 en la Cámara Baja, y 7 sobre 72 en el Senado. El presidente electo deberá lograr acuerdos si pretende hacer pasar sus proyectos legislativos, lo cual anula la efectividad de sus propuestas radicales, sin gradualismos (excepto la temporalidad de 35 años, dicho en boca de Milei), para sanear las finanzas de este país. Creemos que a esto se deben las declaraciones respecto a la estanflación que sufrirá la Argentina hasta —por lo menos, agregamos nosotros— la mitad de su mandato (2025).

Dolarización de la Argentina y el paquete motosierra

Javier Milei se encuentra en estos días realizando sus primeros viajes como futuro mandatario. Como era de esperarse, los destinos que ha escogido son los Estados Unidos e Israel, siendo lógico que este personaje rinda pleitesía a sus amos [5], al tiempo que solicita desesperadamente la obtención de nuevas deudas que permitan el financiamiento de su gobierno. Por supuesto, las propuestas de dolarización, que implican la cesión de uno de los pilares fundamentales de la teoría de la soberanía en los Estados modernos, disolverán fácticamente el Banco Central Argentino para formalizar la relación de vasallaje financiero con la Reserva Federal. La dolarización puede ser un remedio para la inflación, ¡pero vaya remedio! ¿La solución debe pasar por hacer de la Argentina una colonia de los norteamericanos? Sin negar que, además de los prestamistas, los favorecidos también podrán encontrarse dentro de las filas del crimen organizado. ¿No estará saliendo más caro el caldo que las albóndigas?

El paquete motosierra de Javier Milei tiene por propósito principal el seguir pagando las deudas internacionales de la Argentina, desmantelando tanto el aparato burocrático estatal (cuestión que puede ser buena) al mismo tiempo que necesarios programas de sostenimiento de los trabajadores y de los pobres. ¿Los beneficiarios? No son los argentinos, sino los grandes acreedores de las deudas billonarias contraídas y aquellas por contraerse, que podemos englobar bajo aquella categoría que sostuvo Pío XI en 1931: el imperialismo internacional del dinero [6].

«Argentina es un ejemplo paradigmático de las consecuencias de la usura sobre la economía, y el instrumento a través del cual esa usura se ejerce es el sistema de la deuda pública. Hoy la deuda es el condicionante de todo lo que pasa en materia financiera, económica y política. Argentina, como otros países, está metida en una trampa de endeudamiento perpetuo. El prestamista usurero no le presta al deudor para que le pueda devolver la plata, sino para que no se la pueda devolver nunca, porque su negocio es vivir del servicio permanente de los intereses de la deuda. En Argentina el principal factor de gasto público es la deuda pública. Quienes claman contra el gasto público para llegar a un déficit fiscal equilibrado soslayan decir que su principal rubro son los intereses y servicios del capital de la deuda».

Héctor Giuliano (30 de agosto de 2023).

El Zelensky argentino

La formal entrada de Argentina a los BRICS a partir del 1º de enero de 2024, presenta la inigualable oportunidad para saldar sus deudas frente al Fondo Monetario Internacional. El ingreso de Argentina a este bloque geoeconómico se dio tras la Cumbre de los BRICS del 22 al 24 de agosto de 2023, bajo la gestión del presidente Alberto Fernández; como era de esperarse, el entonces presidenciable Javier Milei desaprobó cualquier tipo de acercamiento al grupo liderado por Rusia y China, expresando tan tajante como servilmente: «nuestro alineamiento de geopolítica es Estados Unidos e Israel. Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas». La postura de Milei es de incuestionable rechazo hacia los BRICS, si bien no han cesado especulaciones en torno a un posible acuerdo, sobre todo a partir de la creciente moderación que ha mostrado conforme se acerca la fecha de inicio de su gobierno.

Argentina ha sido conjurada con la maldición nacional de la grandeza congénita. El territorio argentino es de una enorme relevancia geoestratégica, tanto por la disponibilidad de recursos naturales como por su ubicación entre los océanos Pacífico y Atlántico y su acceso a la Antártida, por medio de las Malvinas. A esto habríamos de añadir el genio del pueblo argentino, el cual goza con un elemento humano invaluable en capacidades creativa, científica, literaria y educativa. Y sin embargo, el presidente de esta nación será Javier Milei, quien pertenece a esa derecha liberal del entreguismo globalista, impulsada desde los Estados Unidos de América; es decir, un caballo de troya encargado de detonar cualquier posible emergencia de dirigentes políticos que tiendan hacia la multipolaridad geopolítica y al patriotismo soberano.


[1] Es el caso del judío americano Murray Newton Rothbard, padre de la ideología libertaria contemporánea, quien en 1967 escribió un ensayo en el que negó la legitimidad del Estado de Israel y su ocupación de Tierra Santa, titulado War Guilt in the Middle East; cfr.

[2] Véase la sesuda obra de María Paula de Büren, titulada Contraofensiva neoliberal: la Escuela Austriaca de Economía en el centro estratégico de la disputa, publicado por el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, en 2020, disponible en: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2223&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1420.

[3] La dialéctica derechas-izquierdas es francamente insuficiente para la descripción de las distintas corrientes políticas en boga; nos referimos a aquellos sectores progresistas de mentalidad globalista que aspiran a la socialización de la economía, sin negar los fundamentos ultracapitalistas que rigen a Occidente y al Globo Sur de hoy en día.

[4] En las últimas semanas también hemos visto la influencia del expresidente Mauricio Macri en la configuración del gabinete de Milei, con Victoria Villarruel (formada en la lucha contra el terrorismo dentro del centro de pensamiento atlantista William J. Perry) desplazada de Seguridad, Patricia Bullrich y Luis Caputo ocupando posiciones clave; cfr. https://www.pagina12.com.ar/689202-la-jugada-de-mauricio-macri-para-colonizar-el-gobierno-de-ja.

[5] Como el tributo que pagó al rabino Menachem Mendel Schneerson en su tumba ubicada en Nueva York, quien fuera líder del movimiento jasídico Jabad Lubavitch,, luciendo todo el tiempo una kipá en su cabeza; cfr. https://www.lapoliticaonline.com/politica/milei-vinculos-con-la-poderosa-lubavitch/.

[6] Recomendamos encarecidamente seguir el trabajo de Santiago Roque Alonso, director del periódico Patria Argentina, quien ha ofrecido invaluables análisis sobre el tema que nos ocupa; véase su trabajo El imperialismo internacional del dinero: instrumento de esclavización de la humanidad, disponible en distintas fuentes abiertas de la red.


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