Las elecciones europeas del 2024 para elegir a los eurodiputados generaron preocupación en las esferas de gobierno de las principales economías de Europa, y no precisamente por la lentitud del conteo de votos dada la diferencia de sistemas electorales y calendario de sufragio de cada país de la Unión Europea; sino precisamente porque los pronósticos europeos de cara a las elección de los eurodiputados indicaban un notorio giro a la derecha política que empezó como un fenómeno básicamente interno y que está por consolidarse en el continente. En este artículo analizaremos 3 puntos que reúnen las preocupaciones de la UE este año.

En primer lugar tenemos a la seguridad internacional, este en realidad se ha convertido en una retórica en los eventos de líderes mundiales. Para el caso específico que reúne a Europa, tenemos la invasión de Rusia a Ucrania que a la fecha (junio del 2024) ya lleva casi 2 años y medio. Este conflicto ha traído destrucción al patrimonio, colapso de las relaciones diplomáticas, crisis económica y de salud la cual empeoró la recuperación post pandemia, y sobre todo y lo más importante, muchas pérdidas humanas y desplazados de guerra. Además de este conflicto también tenemos las repercusiones de la situación Israel-Palestina del cual ya hablamos en este medio. La alineación de los países frente a este conflicto e incluso su falta de pronunciamiento es de preocupación mundial.

El viejo continente al ser el promotor del desarrollo y la competitividad, ha generado incontables espacios de crecimiento personal para millones de personas que migran por un mejor futuro y el de sus familias. Y es justamente la migración a Europa la que nos lleva a este segundo apartado, puesto que las políticas liberales y progresistas han casi exterminado los controles de migración permitiendo así el ingreso de muchas mafias que lucran con la vida de los migrantes y atentan contra el continente. Las discursos más escuchados son los de parlamentarios, los de tendencia de izquierda siguen apostando por la promoción de la migración y los alineados a la derecha más conservadora exigen endurecer el control migratorio.

El tercer punto y el no menos importante se refiere al manejo político entre los nuevos liderazgos tanto internos como externos. Junio fue un mes con muchos cambios en el escenario internacional, el presidente argentino Milei tuvo presentaciones en España que dejaron incómodos a los representantes del gobierno lo cual llevó a una tensión diplomática con Argentina. También se dio la reunión del G7 con representantes de África y Asia y fue la primera vez que la Santa Sede acude en calidad de invitado del G7, la primera representación de la Iglesia Católica en esta cumbre de líderes. La junta del G7 tuvo como objetivo nuevamente abordar la crisis de Ucrania y Rusia y también los riesgos de la inteligencia artificial.

Obviamente aquí también es necesario mencionar la reacción de los gobiernos europeos frente a los resultados del parlamento de la UE, en Francia, el presidente Macron disolvió la asamblea para convocar a elecciones que se darán a fines de este mes con el objetivo de renovar la representación esperanzado en obtener una mayoría a su favor. En España, el presidente del gobierno Pedro Sánchez lamentó el fortalecimiento de la derecha y los libertarios, y Alemania se preocupa por el crecimiento de la ultraderecha. Ejemplos como estos demuestran como los gobiernos europeos caen en desesperación o en tensa calma para convivir con sus nuevos paradigmas políticos.

Podemos concluir entonces que estas elecciones europeas han marcado un hito en el escenario político del continente. Otra vez los gobiernos europeos se ven amenazados por la presencia rusa, se ven acorralados por la presión mediática que exige que definan su postura frente al conflicto Israel-Palestina, etc. Ven como se consuma el ascenso de la derecha en países donde el progresismo y el socialismo partidario han construido su imperio. Además ya no cuentan más con la presencia del Reino Unido como potencia en la toma de decisiones en Europa.